miércoles, 18 de febrero de 2015

BALIDOS CAPRINOS ... desde Catamarca (I).

Los comentarios técnicos, las anécdotas profesionales y la observación crítica de la producción caprina argentina a través de los aportes de nuestro muy querido y apreciado amigo,
el Dr. MV. Enrique Martín NOGUÉS.

(Primera contribución)
INTRODUCCION.
He aquí algunos relatos sobre mis relaciones con la ganadería caprina y con muchos de los colegas especialistas o simplemente entusiastas de esta pasión zootécnica.
Durante mi infancia y juventud en la bien amada provincia de Catamarca, de donde mi padre era originario, durante los dichosos meses de vacaciones estudiantiles, tuve la oportunidad y la suerte de conocer y apreciar a estos simpáticos animales domésticos en sus versiones: "plebeya", las cabras criollas  resistentes al monte espinoso; y "aristocrática", las razas de neta aptitud lechera, como lo son las Saanen, Toggenburg, Anglo-Nubian, importadas a esta provincia es distintos momentos de las décadas de 1940, 1950 y 1960.

Aceptando la invitación de ZOOTECNIA DIGITAL a escribir algunos "balidos cibernéticos" decidí realizarlos en base a mi actuación como profesional veterinario extensionista a partir de noviembre de 1966. Durante estos casi cincuenta años me fui relacionando con personas y entidades que fueron apareciendo, descubriendo y enriqueciendo mi trayectoria caprinera. Un cúmulo de cuestiones técnicas, socioeconómicas, ambientales y culturales, que hacen a esta actividad, se interrelacionan de tal manera que para entender y dar solución a sus problemas es necesario enfocarlas globalmente y buscar soluciones armoniosas para todos los partícipes.
Criancera. Malargüe, MENDOZA.


EL PRECURSOR.
Allá por 1967 conocí al Quiropráctico Manuel BUJÁN, residente en Florencio Varela, localidad suburbana del Gran Buenos Aires. Fue uno de los primeros, en mi conocimiento, en importar cabras Saanen desde Suiza para organizar un pequeño tambo y cabaña de cabras lecheras de raza pura.
Comenzó a inscribir sus ejemplares en los Registros Genealógicos que lleva la Sociedad Rural Argentina y a exponer en el tradicional predio de Palermo. Allí, los criadores de las clásicas razas bovinas lo "veían y miraban como bicho raro", sin duda ignorando las expresiones del General de Gaulle referidas a la enorme variedad de quesos caprinos y de otras especies con la que los franceses nunca estaban de acuerdo en catalogar. Pues bien, Don Manuel concurría al bar societario de la Rural, donde los "cabañeros" se autonombraban por el color del pelaje de la raza que criaban: "yo crío rosillo" (Shorthorn), "yo crío negro" (Angus), "yo crío blanco" (Charolais), etc. etc. Entonces él, participando de la reunión, introducía su voz y comentaba: "Yo también crío blanco". Los oyentes, curiosos, inquirían:  "Usted cría Charolais, o Shorthorn blanco ?", y él respondía con suficiencia: "De ninguna manera, crío Saanen". Esta pequeña anécdota la relató Buján durante una reunión caprinera en el INTA Córdoba allá por 1967, en ocasión de brindársele un homenaje y reconocimiento a su labor pionera como cabañero y caprinólogo.



Palermo, las SAANEN de Buján; agosto de 1961.
Cabaña CHAQUIRAS, Florencio Varela, BA.

Asimismo escribía artículos breves para revistas de temas agrarios bajo el seudónimo "CAPRINUS",
y es que, gracias a él, me enteré de la historia que asegura el origen de la infusión de café. Aquella en que los monjes de un convento norafricano observan que sus cabras al consumir los frutos del cafeto se mantenían activas y despiertas, y probando ellos en consumirlo lograron que sus rezos nocturnos fueran más alegres y llevaderos.

Nota del Editor: El término "Chaquiras" conque Don Manuel registró su "cabaña" (criadero de animales puros en Argentina), corresponde al nombre que daban los nativos americanos a los abalorios y "chucherías" que les entregaban los conquistadores españoles en sus trueques. Otra fina ironía de Don Buján ...

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(Segunda contribución)
LA INTRODUCCIÓN DE RAZAS CAPRINAS EN LAS PROVINCIAS DE LA RIOJA Y CATAMARCA.
Al fundar la hoy ciudad de La Rioja, Ramírez de Velazco, en 1591, trae desde Chile unas cinco mil cabezas caprinas del tipo racial Blanco Celtíbero; de aptitud cárnica y amplia adaptación a los ambientes áridos y extremos.
Se inicia con ellos la base de expansión de lo que llamamos actualmente el tronco de los Caprinos Criollos.
Hato caprino que puede considerarse Criollo, donde en mayor o menor grado se obseva la base blanca celtibérica con rasgos de cruzamientos indiscriminados nubianos. El escaso desarrollo mamario en las madres refleja la adecuación ambiental del biotipo al estrato arbustivo local.
 
Las fotos precedentes muestran ejemplares caprinos regionales cercanos a Las Esquinas, RP 33, departamento Valle Viejo, Catamarca.
 
Unos pocos ejemplares de las razas lecheras MurcianaMalagueñaGranadina, también formaron parte de estas primeras introducciones; eran más productivos pero de mucho menor rusticidad. Pese a ello, hasta unas décadas atrás, era dable observar ejemplares con "sangre" murciano-granadina y/o malagueña entre los hatos de nuestra región. Los biotipos lecheros se vieron más comprometidos en la adaptación que los celtibéricos, sin dudas por tener estos últimos un tamaño mesomorfo que requiere de menores necesidades de mantenimiento.
 

A posteriori, ya durante el pasado siglo XX, toda esta población heterogénea recibió cruzamientos sin control con reproductores machos de otras razas lecheras o de aptitud mixta, en especial de la
Anglo Nubiana.
Un biotipo tan acabado como el de estos ejemplares no tenía la rusticidad necesaria para adaptarse a las condiciones del monte espinoso, principalmente por sus ubres pendientes y muy desarrolladas, aunque si mantenían la tolerancia al clima cálido propia de sus orígenes norafricanos.

Fue el Ing. Agr. Aníbal GONZALEZ, director de la Escuela Normal Superior "José Cubas" en San Isidro, Valle Viejo, quién entre los años 1935 y 1945, introdujo los primeros reproductores nubianos en Catamarca. Los ejemplares traídos muy posiblemente de Inglaterra, eran de gran calidad zootécnica y de un definido doble propósito, pero sufrieron el embate del monte en sus ubres por la abundancia de arbustos espinosos. Como raza pura permanecieron corto tiempo, luego se diluyeron en absorbción con los criollos regionales.
Posteriormente a él, los acopiadores y faenadores de chivitos del norte cordobés, distribuyeron machos con sangre Anglo Nubiana hasta lograr un tamaño menor en la población caprina zonal y unas ubres más pequeñas y adaptadas al medio agreste.

Considero importante aquí nombrar a la Doctora MV. Marta SILVANO, colega que trabajaba en el Ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia de Córdoba. Había logrado la introducción de ejmplares Anglo Nubianos desde Canadá y Saanen provenientes de Holanda. Ella dirigía técnicamente la Estación de Servicios Ganaderos cita en Santa Rosa del Río Primero. Allí, en un día muy cálido del verano de 1974 pude observar la adecuación ambiental de los Nubianos que despreocupadamente descansaban a pleno sol, y el jadeo sufriente de las Saanen con que trataban de equilibrar su disturbio fisiológico provocado por la alta temperatura reinante. Por un accidente automovilístico la Dra. Silvano debió resignar sus tareas y los Anglo Nubian fueron trasladados a la Cabaña Oficial de Villa María del Río Seco. El remanente de Saanen contribuyó al origen de la pequeña cuenca lechera caprina de las sierras cordobesas, que hoy día elabora  artesanalmente algún queso gourmet, conformando un aporte más al desarrollo del turismo lugareño.
Entre los años 1950 y 1960 se traen a diversos lugares de Catamarca, en base a esfuerzos de particulares, algunas remesas de cabras Saanen y Toggenburg.
Al comienzo, criados en fincas bajo riego y con pasturas de calidad, prosperaron. Luego, por la falta de atención zootécnica y su derivación a puestos cabriteros ubicados en el monte espinoso, fueron desapareciendo rápidamente.

 
 
Cabra Saanen con trillizos. Suiza.
                                                                     
 
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(Tercera contribución)
BUSCANDO CALIDAD PARA NUESTRAS CABRAS DE ANGORA.
Entre los años 1964 y 1968, el INTA incorpora por importación desde Texas (EE.UU.) ejemplares puros de la raza Angora, los cuales son remitidos al Campo Anexo Santa Cruz que la institución posee en Catamarca. Su aptitud pelífera, suministrando un vellón valioso llamado "mohair", dio pábulo a un proyecto de absorbción de hatos criollos con esta raza. Solo alcanzó cierto éxito en áreas altoserranas  (1500 a 1800 msnm) de Ancasti, dónde el clima más temperado y la ausencia de arbustos posibilitaron un desempeño razonablemente exitoso de los ejemplares.
Núcleo Angora. Lago Cardiel, SANTA CRUZ.
 

Las fuentes históricas aseguran que por gestiones de Bernardino Rivadavia se trajeron al país los primeros ejemplares Angora desde el Imperio Otomano, vía Jardín DE aclimatación de París. La suerte les fue esquiva; las luchas interiores desbarataron el núcleo original y muchos ejemplares terminaron como pellones ("cojinillos") en los recados de los insurrectos. Se suceden luego algunos intentos privados, hasta que a principios del siglo XX la corriente boer sudafricana que se afinca en la Colonia Escalante (Chubut) trae nuevos ejemplares de la raza. Su cría extensiva se distribuye hacia el noroeste de esta provincia, el sur de la de Río Negro y el centro de Neuquén. Tal la mención sostenida por el amigo y colega, ya fallecido, Dr. MV. Grenville Morris, de profundo recuerdo en INTA Bariloche.
Un pionero: 1926, Expo Rural Bahía Blanca.

En la décad del 90 se producen nuevas introducciones, esta vez desde Nueva Zelandia.
Recuerdo también las majadas que Iglesias criaba en alfalfares bajo regadío en el valle inferior del Río Negro, en General Conesa. La firma textil Casimires Wells impulsó esta actividad durante la gerencia industrial del Ing. Norberto Da Ponte, con quien ambos (autor y editor) compartimos diálogos enjundiosos sobre el quehacer angorista.
Hoy la actividad aparece como más organizada, aunque la problemática del criancero de las mesetas centrales patagónicas sigue siendo difícil de solucionar.

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